Trabajo en Clase: Lee y escribe el siguiente texto en tu cuaderno, recuerda tu cuaderno debe estar forrado para este bimestre.
Descubrimiento de la
inducción electromagnética: experimentos de Oersted y de Faraday.
A lo largo de la historia, no siempre se ha vislumbrado la
importancia de los descubrimientos científicos que se han ido sucediendo. En
numerosas ocasiones, ni siquiera el propio descubridor era capaz de predecir el
calado de sus investigaciones en el futuro. Un caso claro de esto lo
encontramos en la Ley de Faraday (a veces llamada Ley de Faraday-Lenz o Ley de
Faraday-Henry) de la inducción electromagnética.
Los fenómenos electricos y magnéticos son bien conocidos
desde la antigüedad. De hecho, el filósofo y matemático griego Tales de Mileto
fue el primero en describirlos. Se entendían de forma separada y se tardó
muchísimo en descubrir que existía una relación entre ellos, lo que dió pie
posteriormente a James Clerk Maxwel para crear una teoría unificadora llamada
Teoría Electromagnética.
La persona que descubrió esta interacción entre electricidad
y magnetismo fue Michael Faraday, físico y químico británico. Se basó en los
trabajos realizados por Hans Christian Oersted. El profesor Oersted postuló,
apoyado en consideraciones filosóficas, que la electricidad y el magnetismo
deberían estar relacionados. Tras muchos experimentos infructuosos, descubrió,
casi por casualidad, que una corriente eléctrica era capaz de desviar la aguja
imantada de una brújula. Así pues, entre el campo eléctrico que crea la
corriente y el campo magnético de la aguja existía algún tipo de relación. Pero
fue Faraday quien, con los descubrimientos de Oersted y Ampère todavía
recientes, hizo uno de los más importantes descubrimientos de los últimos
tiempos.
La genialidad de Faraday radica en que descubrió que era
posible la generación de campo eléctrico mediante el campo magnético, algo
totalmente novedoso y que a nadie se le había pasado por la cabeza. Su
experimento consistía en un circuito representado por una espira conectada a un
galvanómetro (medidor de corrientes). Se dió cuenta de que, al introducir un
imán en la espira, ¡se generaba corriente en ella! Y no sólo eso, también se
dió cuenta de que la corriente era máxima si el polo del imán atravesaba
perpendicularmente la superficie marcada por la espira, y aún más, la
intensidad de corriente dependía de la velocidad con la que movía el imán: si
el imán estaba quieto, no había corriente inducida.
A Faraday le gustaba montar experimentos en sus clases, y
cuando realizó éste ante el público, alguien le preguntó: “¿Y eso para qué
sirve?” A lo cual replicó: “¿Para qué sirve un recién nacido?” Una gran
respuesta, sin duda. La pregunta del espectador resume perfectamente la visión
de la ciencia de mucha gente: “¿Y eso para qué sirve?” Para todo y para nada,
depende. Para empezar, debería ser más que suficiente el hecho de adquirir un
nuevo conocimiento.
Paradójicamente, ese fenómeno curioso pero aparentemente
inútil del que ni siquiera el propio Faraday fue capaz de predecir su
importancia, hoy en día domina nuestra vida cotidiana. Se encuentra allí donde
dirijamos la mirada, pues es la base de nuestra tecnología, nuestro desarrollo
y, en consecuencia, nuestra civilización: generadores eléctricos (ya sean de
centrales térmicas, atómicas, hidráulicas, eólicas), motores eléctricos,
transformadores (que se encuentran en todos los aparatos eléctricos y electrónicos
del hogar), osciladores, baterías, hornos de inducción, etc., etc., etc.
JUEVES 4 DE MAYO DE 2012
Trabajo en clase:
Investiga en Internet La inducción Electromagnética, agrega experimentos que permitieron su descubrimiento. Mínimo 2 cuartillas (2 hojas)
Fecha de entrega Viernes 5 de Mayo
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